Estamos atravesando una situación a nivel sanitario jamás vista. La pandemia del COVID-19 y las decisiones que cada país ha tomado para frenar la propagación han hecho que los individuos tuvieran que mantenerse bajo el techo de su hogar sin salir durante días y días.
Ese “quedarse en casa” ha propiciado reacciones en dos direcciones: Por un lado está la positiva, liderada por aquellos que nunca paraban quietos en casa y, al probarlo, han visto que en casa se está muy bien. Y por otro lado, la menos positiva: aquellos que han visto que ese hogar donde decidieron vivir y convivir no es tan ideal como parecía.
Es, en este segundo grupo, en el que empieza a gestarse una nueva forma de concebir el espacio que habitamos.
Las decisiones del pasado:
Tras la frustración nacida durante la época de confinamiento basada en el no estar del todo a gusto en tu propia casa, surge el arrepentimiento a decisiones tomadas en el pasado y de las que vamos a mencionarte un par ejemplos:
1: Los que decidieron cerrar el balcón para ganar un despacho, un cuarto para los juguetes o bien tener un salón más espacioso. Ahora se han dado cuenta que ese balcón también era “espacio” y que tiene un valor que en cierto momento no supieron aprovechar.
2: Vivir en una ciudad dormitorio: Este titular lo protagonizan personas cuyo argumento es “yo es que a casa solo voy a dormir” y que, por lo tanto, no valoran tener amplias zonas comunes, terraza, una cocina en la que poder manejarse bien o una habitación extra que, en un momento como el que hemos vivido, pueda servir de despacho o habitación de juegos.
Cada situación vivida da paso a una nueva necesidad a nivel arquitectónico. Casas antiguas, por ejemplo, cuentan con una enorme despensa al lado de la cocina. Y es que, tras la guerra, la necesidad imperiosa de acumular ante la duda de poder salir a calle, era una realidad. En la actualidad estamos viviendo de nuevo un cambio que nos afectará a nivel personal y también a nivel profesional.
Desde Grupo Pagès Bcn, como constructora y empresa de reformas, estamos percibiendo ese cambio y nuestros profesionales se han puesto manos a la obra para anticiparse al nuevo paradigma post COVID-19.
El cliente querrá la casa 5 en 1:
A pesar que después de la tormenta siempre llega la calma, en esta ocasión consideramos que el “charco” permanecerá a lo largo del tiempo. Así pues, como comentábamos, serán notables los cambios que se percibirán en las prioridades de los clientes y que, a nivel arquitectura, se tendrán que plasmar ya sea a la hora de proyectar una vivienda desde cero o ante cualquier reforma.
Hasta ahora un piso o una casa era eso, un piso o una casa. Un sitio del que muchos se iban a primera hora de la mañana y volvían a última hora de la tarde. Eso si no pasaban antes por el gimnasio y aprovechaban para picar algo y así llegar a casa cenados. Ese espacio que el fin de semana reunía a la familia y del que se iban para hacer planes fuera.
Ahora eso ha cambiado y casa se ha convertido en ese espacio que nos acoge, protege y del que no necesitamos salir para encontrar una emoción especial o simplemente “estar bien”.
El paradigma de casa post COVID-19 es un espacio que contempla despacho, zona de juegos, gimnasio, solarium y restaurante. Ese 5 en uno que a partir de ahora muchos clientes tendrán en cuenta a la hora de elegir y que, como consecuencia, significa tener en cuenta cambios a nivel estructural y de definición de espacios, en comparación a como están actualmente concebidos.
¿Y cómo serán esos hogares?
Recibidores amplios y con espacio de almacenaje
Siguiendo el estilo de los países nórdicos, muy probablemente tras la pandemia agradezcamos tener un recibidor amplio y con armario ropero y zapatero para dejar la ropa de calle. A nivel higiénico, eso nos permitiría acceder a casa con zapatillas limpias y evitaría dejar, por ejemplo, la chaqueta -a pieza que más contacto tiene con el exterior- encima de cualquier sitio.
Mínimo dos baños:
Muchas familias han hecho exhaustivos trabajos de desinfección al tener que compartir baño con un infectado por el coronavirus. Contar con un mínimo de dos baños hubiera permitido no tener que compartir y , por lo tanto, extremar las medidas de higiene.
¡Bendito despacho!
No hace falta que sea en una habitación a parte, lo importante es que -de ser posible- cada miembro de la familia tenga su espacio de intimidad a nivel estudio/trabajo.
Una pequeña mesa para el ordenador o un espacio para pintar y hacer deberes serán más que suficientes para que a familia entera no se concentre en la mesa del salón si hay que quedarse en casa varios días.
Luz natural y aire libre:
Diremos adiós a los pisos interiores, a las viviendas sin un mínimo balcón. Auguramos que la obra nueva que se hará tras la pandemia, en ningún caso se planteará viviendas que no sean capaces de aportar una dosis de Vitamina D.
Balcones, terrazas y jardines también son un espacio a considerar para adaptarlos a zona de juego, espacio para el training, etc.
Ocio:
Como acabamos de comentar, hacer deporte o salir a jugar no necesariamente tiene que significar ir al parque o al paseo a correr. Si tuviéramos un espacio para divertirnos con los más pequeños o con cierto material para practicar deporte, ¿no sería maravilloso?
Tan solo son algunas ideas que se valorarán, más que nunca, tras esta larga cuarentena.
Cuéntanos qué añadirías a tu casa para que sea más confortable y juntos le buscaremos una solución par que cuando estés en casa te sientas como en casa.