Realizar un mantenimiento de los servicios más comunes de nuestra casa la convierten en más segura, funcional y cómoda. Sobre todo desde la COVID-19, ya que pasamos mucho más tiempo en ella cada día. Hoy, en nuestro artículo del mes, hablaremos también de la diferencia que supone este mantenimiento si eres propietario o inquilino de una vivienda. Hablaremos de gastos fijos y variables a tener en cuenta y algo de impuestos y facturas. Vamos, hablaremos del mantenimiento de la vivienda al completo, seas propietario o vivas de alquiler.
Muchas veces no somos conscientes del mantenimiento que necesita nuestra casa, solo vemos que las cosas se rompen y no duran. Realizando un mantenimiento frecuente podremos ahorrar dinero y además evitar daños colaterales y, además, una casa que tiene un buen mantenimiento aumenta su valor en caso de que queramos venderla o alquilarla.
¿Qué entendemos por mantenimiento de una vivienda?
Cuando se trata del interior de nuestra casa, el mantenimiento incluye los sistemas de calefacción, agua, gas, aire acondicionado y sistema eléctrico. En él contemplamos desde el cuidado de los cimientos al techo y la jardinería.
Es cierto que las cosas no duran eternamente, pero si las mantenemos en buen estado duran más. No se trata de realizar conexiones eléctricas si no tienes los conocimientos para ello. Se trata de realizar tareas sencillas que puedes resolver hoy mismo, cómo cambiar un foco o lámpara.
Se trata de reemplazar vidrios rotos en ventanas y puertas, reemplazar las tejas desgastadas, arreglar la acera o la entrada agrietada o desnivelada, reemplazar los grifos viejos, reparar una barandilla rota en la escalera. Estas y otras muchas tareas son un ejemplo de ello.
Tu hogar no puede cuidarse por sí sólo. Es por eso que tu presupuesto mensual debería incluir dinero para el mantenimiento rutinario de la vivienda y del jardín y para reparaciones. Los expertos en vivienda recomiendan reservar anualmente entre el 1 al 2% del valor actual de su vivienda para pagar por los costos de mantenimiento y reparación. Aunque no haya necesidad de utilizar estos fondos si tu vivienda es nueva, la suma acumulada te ayudará a pagar los gastos grandes en el futuro, como arreglar o cambiar el tejado o reemplazar la unidad de calefacción o climatización.
¿Cada cuánto tiempo debemos realizar el mantenimiento de la vivienda?
Cuanto antes mejor. Un mantenimiento a tiempo ayuda a prevenir más daños y evitar que los daños de reparación sean mayores. La recomendación de los expertos en servicios de mantenimiento es que revises toda la casa desde el exterior al interior cada 6 meses.
Realiza una lista de todos los arreglos o tareas de limpieza que veas que la casa necesite y asígnale un valor de acuerdo a su importancia. También puedes averiguar con expertos de dicha área para saber cuál será el coste de su reparación. De esta manera podrás planificar el mantenimiento de toda la casa sin que se convierta en una verdadera carga económica.
A modo resumen, estas son algunas de las tareas más generales a realizar en una vivienda, tanto en el exterior como en el interior:
- Limpieza del techo y de los desagües fluviales. Cada cierto tiempo es necesario limpiar el techo y mantener los desagües fluviales libres de hojas y obstrucciones.
- Revisión del burlete de la puerta y ventanas. De esta manera se podrá ahorrar en calefacción y disfrutar de un ambiente más agradable.
- Mantenimiento del jardín y árboles cercanos. Es necesario mantener el jardín de la casa en buen estado.
- Pintura.
- Revisa el estado del sistema eléctrico.
- Cambio de filtros del aire acondicionado. Es necesario limpiarlo o cambiarlo mínimo cada tres meses.
- Limpieza general en el interior de la casa.
- Ajusta todos los tornillos y clavos. Revisa de vez en cuando el estado de las cerraduras, picaportes, bastidores, barandas y todos los objetos que veas que dependen de un tornillo o clavo.
- Mantenimiento en la cocina y baño. Revisa el estado de los grifos y desagües de piletas, duchas e inodoros.
- Cambia los filtros de la campana para que se elimine correctamente la grasa y las sustancias tóxicas del ambiente.
- Drena el termotanque. Al menos una vez al año se debe drenar toda el agua de su interior para que no se acumule sedimento en su interior y pase a la cañería.
- Limpieza de las juntas de los azulejos para mantenerlos en buen estado y libres de moho entre las uniones.
- Revisa los grifos. Estas reparaciones son fundamentales porque pueden provocar una pérdida de agua que causa un aumento innecesario en la factura del agua y un daño en los muebles que se encuentren cerca. Reemplace los filtros del grifo cuando baje la presión del agua.
- Compruebe la silicona en todos los marcos de las ventanas.
- Revisa las cañerías.
- Soluciona las pérdidas del inodoro.
Entonces,
¿Qué es lo mejor? ¿Vivir en propiedad o en alquiler?
La decisión entre comprar o alquilar una vivienda es uno de los grandes enigmas financieros de la vida adulta. La compra de una vivienda conlleva un gasto notable y requiere un compromiso a largo plazo. Sin embargo es una inversión versátil, pues ofrece un sinfín de posibilidades a la hora de hacer de tu hogar un lugar más cómodo y adaptado a tus necesidades.
Una vivienda en propiedad adecuada es garantía de estabilidad y confort. Así mismo, permite el aprovechamiento de todos los recursos que ofrece el espacio mediante la decoración y estructuración de la vivienda al gusto del propietario,
La seguridad es otro factor relevante a tener en cuenta, así como la posibilidad de una revalorización del inmueble, si en el futuro se desea venderlo.
Más recientemente, y dado el incremento del precio de los alquileres y abaratamiento de los plazos hipotecarios, no dejan de ser argumentos a tener en cuenta en el momento de tomar una decisión.
Frente a la estabilidad de la compra, el alquiler de una vivienda se caracteriza por su atractiva flexibilidad. Requiere una inversión inicial baja y una menor inversión para el inquilino durante la vigencia del contrato, pues ciertos gastos y obligaciones como los impuestos, facturas de comunidad y mantenimiento del inmueble suelen correr a cargo del arrendatario.
Además, la legislación española permite abandonar la vivienda en cualquier momento después del primer año, notificándolo al propietario con una antelación mínima de 30 días, una opción dinámica y flexible, especialmente dirigida a los clientes más jóvenes.
A todo esto, vamos a ver exactamente qué gastos son los que hay que tener en cuenta en una vivienda:
Los gastos fijos de una vivienda
No ha sido fácil, pero ya estás disfrutando de tu nuevo hogar. Has dedicado mucho tiempo, esfuerzo y dinero para conseguirlo. Sin embargo, no guardes todavía la calculadora en el cajón: te toca seguir haciendo cuentas para calcular cuánto dinero necesitas para cubrir los gastos fijos de esa casa.
Sí, elaborar un presupuesto realista de los gastos de una vivienda es fundamental para poder vivir de forma desahogada y sin imprevistos. Dejando a un lado los gastos de compra de una vivienda, vamos a calcular cuánto te costará vivir en ella. Para ello, hemos resumido los principales gastos fijos que conlleva ser propietario de una casa.
- Hipoteca. La cuota mensual de tu préstamo será, sin duda, el principal gasto fijo de tu casa durante muchísimo tiempo (la media está en 24 años). Hay que tener en cuenta si la hipoteca tiene un tipo fijo o variable, ya que en este caso se puede incrementar la cuota en la revisión anual de la hipoteca.
- Comunidad de vecinos (en el caso que vivas en una). La cuota de tu comunidad de vecinos está destinada al pago de los servicios y mantenimiento de las instalaciones comunes de tu edificio o urbanización.
- Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Se trata de un tributo anual directo y obligatorio que grava el valor de los inmuebles y que se paga a los ayuntamientos. Si vives en el Área Metropolitana de Barcelona, también tendrás que pagar la tasa del AMB.
- Tasa de basuras. Este impuesto municipal grava anualmente la recogida, tratamiento y eliminación de los residuos.
- Impuesto de alcantarillado. Este impuesto local grava el mantenimiento de la red de alcantarillado.
- Seguro de hogar. Lo ideal es una póliza multirriesgo que te ofrezca cobertura frente a diferentes siniestros.
- Suministros. Entre estos suministros mensuales no olvides incluir tu conexión a internet, imprescindible hoy en día.
- Gastos para mantenimiento e imprevistos. Es importante que todos los meses reserves una partida de tu presupuesto para trabajos de mantenimiento o imprevistos.
Gastos variables de una vivienda
Los anteriores son los gastos fijos que tendrás, principalmente si eres propietario de una vivienda, pero aún debemos incluir alguna partida más, y estas entran dentro de la categoría de gastos variables. Gatos que tendrás tanto si eres propietario de una vivienda como si vives de alquiler.
Arriba lo hemos comentado, pero el Internet se ha convertido en algo habitual en nuestras vidas y por ello, aunque ya tengas conexión en el móvil, quizás quieras tener también acceso a la red en tu nueva vivienda. Las plataformas de vídeo bajo demanda como Netflix o HBO para poder ver tus series favoritas o la televisión por cable.
Otros gastos que siempre hay que tener en cuenta son la compra de ropa y otros artículos personales o el gasto en ocio, hobbies y viajes. Según cada caso particular, podrás también tener que pagar un seguro médico privado, la cuota mensual del gimnasio, el abono de transporte o la gasolina, el seguro y el impuesto de circulación del coche. Contabiliza también estas cantidades, y añade una pequeña partida de tu presupuesto para imprevistos.
Lo ideal es que puedas controlar estos gastos o como mínimo sepas a dónde se va el dinero. Controlar la alimentación (evita comer fuera, hacer compra con hambre o ir al súper sin una lista), regula el transporte o combustible de tu vehículo, limita los servicios: luz, agua, gas, internet, cable, etc. (haz un uso responsable) y compra de manera inteligente (solo lo que realmente necesites) son algunos consejos para reducir los gastos en la casa.
Pero, ¿te imaginas vivir en una casa donde el consumo de energía sea nulo o prácticamente nulo? ¡Es real! Sigue leyendo.
Una vivienda de consumo energético nulo. ¿Es real?
Hay un concepto muy interesante y que seguramente has oído hablar y es el de las casas pasivas y las ¨Passivhaus¨, que no es lo mismo. En nuestro artículo Una vivienda pasiva y el certificado “Passivhaus”hablamos sobre ello. Te invitamos a descubrirlo.
Las principales ventajas de una casa pasiva son el ahorro energético, confort térmico y acústico, limpieza del aire interior, disminución de emisiones de carbono y de compuestos orgánicos volátiles y sobre todo, la salud de sus ocupantes, sin llegar a cumplir los estándares de construcción exigidos para obtener el sello de calidad ¨passivhaus¨, pero consiguiendo un importante ahorro.
No dudes siempre en consultar a nuestros profesionales para cualquier duda o consulta que tengas.
REFERENCIAS