En el artículo del mes de septiembre “La incertidumbre del COVID-19, segundas residencias y extrarradio”expusimos un concepto llamado espacios saludables. Se considera que una casa es sana cuando nos proporciona un entorno saludable que ofrece confort y favorece el descanso y la relajación tanto física como psicológica. Pero ¿qué hace de nuestra vivienda una casa sana? ¿Cómo podemos crear un espacio adecuado para nuestra salud y bienestar?
La iluminación, los colores, las formas, la estética y la funcionalidad, hacen que un espacio resulte agradable, pero hay otros factores que no se ven, se perciben. Desde GRUPO PAGÈS BCN os invitamos a tomar conciencia de vuestro entorno, para crear espacios óptimos para la salud y el bienestar.
Antes de una reforma o compra de una vivienda o zona de trabajo conviene informarse previamente de los materiales presentes en ella y hacer una prospección geobiológica para tomar las medidas necesarias.
Una prospección geobiológica nos informa de las características de nuestro entorno, de nuestro espacio, y nos brinda la posibilidad de tomar las medidas necesarias para crear un espacio saludable en todos los sentidos. Que cumpla con unos estándares de diseño y, a la vez, que no nos repercuta a nivel de salud.
La biohabitabilidad estudia hasta qué punto un entorno es habitable, y su nivel de bienestar y salud
En el siguiente enlace puedes descargar nuestro dossier en el cual explicamos, de manera mucho más extensa, el concepto de geobiología para entender y amar tu espacio.
5 claves para ciudades más saludables – ISGlobal
Las claves para ciudades más saludables
Nuestra salud y la del planeta dependen, ya no en el futuro, sino hoy, del diseño de las ciudades. La vida urbana plantea desafíos que exigen repensar la forma en que planificamos los entornos urbanos. Las ciudades deben ser hechas para las personas: lugares dónde vivir bien y estar sanas.
En el reportaje interactivo realizado por investigadores de ISGlobal abordan cinco puntos para construir ciudades saludables y sostenibles.
1. Contaminación del aire. Nos afecta a lo largo de toda la vida, desde que estamos en el vientre materno hasta la muerte. Pero, ¿somos conscientes de lo que respiramos?
2. Ruido. El tráfico que colapsa la ciudad, las obras en la calle, el camión de la basura, los ruidos domésticos de los vecinos, las terrazas… Las ciudades son sinónimo de ruido. Pensamos que la contaminación acústica es solo una molestia y no lo asociamos directamente con nuestra salud.
3. Espacios naturales. La ciudad del futuro debe ser una ciudad verde. Los estudios científicos asocian los espacios verdes -parques urbanos, jardines, calles arboladas o bosques, entre otros- a numerosos beneficios para la salud en personas adultas, como la reducción del estrés, el hecho de vivir más años o un mejor estado de salud general y mental.
4. Actividad física. El sedentarismo es un problema de salud pública mundial: es el cuarto factor de riesgo de mortalidad global y causa uno de cada cuatro casos de cánceres de mama y de colon. ¿Y tú, realizas suficiente actividad física?
5. Temperatura. ¿Sabías que en las ciudades las temperaturas suelen ser más altas que en las zonas que las rodean? De hecho, la temperatura nocturna puede llegar a ser hasta 10 grados más alta en los entornos urbanos que en los alrededores. Este efecto se conoce como «isla de calor».
Además, existen factores más que producen desequilibrios biológicos, debilitan nuestro sistema inmunológico y producen enfermedades como insomnio, fibromialgia, irritaciones, dolor de cabeza, entre otros. La fuerte carga energética que afecta a determinados sitios se denomina GEOPATÍA (Geo = Tierra, Pathia = Enfermedad). Estas son algunas de las alteraciones naturales y artificiales con las que nos podemos encontrar:
Alteraciones naturales que desfavorecen espacios saludables
- Electricidad atmosférica
- Radiación cósmica
- Líneas energéticas naturales Hartmann Curry
- Fallas
- Corrientes de agua subterráneas
Alteraciones artificiales que desfavorecen los espacios saludables
- Agujero Ozono
- Contaminación atmosférica
- Electricidad en el aire o electromagnetismo
- Ondas de radio y de televisión
- Contaminación ambiental y sonora
Debido a estas alteraciones, naturales y artificiales, aparece un nuevo concepto llamado casas insanas y el síndrome del edificio enfermo. En 1982, la OMS (Organización Mundial de la Salud) informa que algunos edificios pueden ser un riesgo para la salud, lo denomina “Síndrome del Edificio Enfermo” (SEE). Estos son edificios tecnificados, con fuerte radiación ambiental estática, electromagnética, radiactividad en los materiales de construcción.
Generalmente son edificios de oficinas en donde se necesita una alta tecnología, con fuerte contaminación electromagnética, sus cerramientos exteriores suelen ser mayormente herméticos, y sus materiales de construcción son: el hormigón, el acero y materiales derivados del petróleo; básicamente, son edificios que en su construcción no se ha considerado la integridad biológica.
Pasamos el 90% de nuestro tiempo en espacios interiores, ya sea en casa o en el trabajo
Factores como la calidad del aire, la calidad lumínica, el control de la humedad relativa, la temperatura, la ventilación, la contaminación sonora, el consumo energético o los materiales de construcción (toxicidad, sostenibilidad, residuos) son actores a tener en cuenta para crear espacios saludable.
Para mantener una vivienda saludable, tenemos que tratar de reducir los campos electromagnéticos, los contaminantes químicos y los biológicos” – Carmen Espinosa Arquitecta -La Vanguardia
¿Qué tengo que tener en cuenta para tener una vivienda saludable?
Como hemos mencionado, las malas condiciones de habitabilidad pueden exponer a las personas a una serie de riesgos para la salud. Para corregir esta situación, se pueden seguir una serie de recomendaciones centradas principalmente en la reducción de los factores de riesgo.
Os proponemos siete recomendaciones para conseguir una vivienda saludable:
- Mantener la temperatura y humedad relativa adecuadas: las temperaturas interiores de las viviendas deben ser lo suficientemente altas para proteger a los habitantes de los efectos nocivos del frío.
- Mantener el hogar limpio: un hogar limpio contribuye a garantizar que las personas no estén expuestas a contaminantes y productos químicos.
- Mantener las condiciones de seguridad apropiadas: las viviendas deben contar con dispositivos de seguridad (alarmas de humo y sondas de CO2, puertas en escaleras y protectores de ventanas, etc.) y se deben tomar medidas para reducir el riesgo de sufrir traumatismos involuntarios.
- Mantener las condiciones de accesibilidad: teniendo en cuenta la proporción actual y prevista de deficiencias funcionales, y teniendo en cuenta las tendencias del envejecimiento, las viviendas deben incluir medidas de accesibilidad para personas con movilidad reducida.
- Mantener la vivienda ventilada: la propia normativa establece que se debe asegurar una ventilación adecuada en todas las estancias de la vivienda, de manera que se aporte un caudal suficiente de aire exterior y se garantice la extracción y expulsión del aire viciado por los contaminantes que se produzcan de forma habitual durante su uso normal.
- Controlar la contaminación acústica y lumínica: el ruido del exterior perturba a menudo el descanso, especialmente en las ciudades, donde además se añade la contaminación por gases nocivos de la combustión de los motores.
En cuanto a la iluminación en el hogar, la incidencia solar es uno de los factores más valorados en una vivienda. La entrada de luz natural es una fuente de salud para las personas. Hay que tener en cuenta que pasamos muchas horas ante pantallas de televisión, móviles, ordenadores, etc. lo que ocasiona problemas de sequedad ocular y fatiga visual.
- Realizar un mantenimiento periódico: realizar labores de mantenimiento de nuestra vivienda tanto de sus materiales y estructuras como de sus instalaciones será fundamental para evitar que se devalúe. Una vivienda a la que se le hace buen mantenimiento será más cómoda, segura, sana y sostenible, es decir, una vivienda saludable.
Todas estas acciones deben conducir a lograr una vivienda que, tal y como se define por la propia OMS, sea “un refugio que sustente un estado de bienestar físico, mental y social. La vivienda saludable proporciona un sentimiento de hogar, incluyendo el sentimiento de pertenencia, seguridad y privacidad.”
El primer indicador de que en nuestro hogar puede haber contaminación ambiental son los trastornos de sueño
En GRUPO PAGÈS BCN, nos preocupamos por construir hogares que cuidaran el sueño, la vitalidad, la armonía emocional y el bienestar de sus habitantes; o aportar soluciones de fácil implementación en aquellos hogares ya habitados, con patologías diagnosticadas, un servicio pensado para particulares.
Aunque también podemos ofreceros un sistema de diseño energético destinado a aportar calidad a proyectos urbanísticos, complejos turísticos, promociones inmobiliarias, residencias, oficinas o despachos profesionales, entre otros.
Nuestro grupo realiza intervenciones que no generan interferencias o molestias en los procesos constructivos, con herramientas y armonizadores de fácil implementación.
Recuerda que cualquier duda que tengas puedes ponerte en contacto con nosotros. Déjate asesorar por expertos que conocen las influencias geo-energéticas, electromagnéticas y circadianas del espacio que comprometen tu armonía, tu sueño y salud.
REFERENCIAS
S&P. Casa sana: los siete principios fundamentales de un hogar saludable https://www.solerpalau.com/es-es/blog/casa-sana/
ISGLOBAL. 5 claves para ciudades más saludables https://www.isglobal.org/ciudadesquequeremos
LA VANGUARDIA. Biohabitabilidad o cómo convertir tu casa en un espacio saludable https://www.lavanguardia.com/vivo/lifestyle/20190815/463576883279/biohabitabilidad-casa-espacio-saludable.html